UN INFARTO NOS HA ROBADO A JUAN ANTONIO CEBRIÁN


Amigo Juan Antonio, no te imaginas la de noches que me he quedado dormido escuchándote, la de veces que me has tenido en vela con tu maravilloso, quiero decir: MARAVILLOSO programa: La Rosa de los Vientos. No te imaginas la de tardes y mañanas que con esto de los Podcast, he pasado disfrutando de tus historias. Ahora, lo que tu siempre más has querido, lo que más te gustaba, se une a tí para que así formes parte de ella: LA HISTORIA Y...... ahora TÚ ESTÁS EN LA HISTORIA, al menos en la historia y memoria de los Rosaventeros.
¡¡¡Vaya hueco que vas a dejar en la Radio!!!
Un beso fuerte a todos los que le admirabais y queríais.


Con este poema de Walt Whitman, se despide Carlos Canales de "su Capitán", Juan Antonio Cebrián

¡Oh Capitán, mi Capitán!
terminó nuestro espantoso viaje,
el navío ha salvado todos los escollos,
hemos ganado el premio codiciado
ya llegamos a puerto, ya oigo las campanas
ya el pueblo acude gozoso,
los ojos siguen la firme quilla
del navío resuelto y audaz;
mas ¡Oh corazón, corazón, corazón !
¡Oh, las rojas gotas sangrantes !
Ved mi capitán en la cubierta
yace frío y muerto.

¡Oh Capitán, mi Capitán!
levántate y escucha las campanas;
levántate, para ti flamea la bandera,
para ti suena el clarín,
para ti los ramilletes y guirnaldas engalanadas,
para ti la multitud se agolpa en la playa;
a ti te llama la masa móvil del pueblo;
a ti vuelven sus rostros anhelantes;
¡ Ea Capitán!
¡Padre querido!
¡Que tu cabeza descanse en mi brazo!
Esto es un sueño: En la cubierta yace frío y muerto.

Mi Capitán no responde
sus labios están pálidos e inmóviles
mi padre no siente mi brazo,
no tiene pulso ni voluntad,
el navío ha anclado sano y salvo;
su viaje, acabado y concluido
de horrible viaje el navío victorioso
llega con su trofeo,
¡Exultad, oh playas, y sonad, oh campanas!
mas yo con pasos fúnebres recorro la cubierta
dónde mi Capitán yace frío y muerto.


Walt Whitman

Y yo aunque nunca estuve a sus ordenes, siempre me sentí parte de vosotros.
No puedo José Antonio, dejar de decirte ahora, estas cuatro cositas que escribió mi "amigo" Miguel:


(En Orihuela, su pueblo y el mío, se
me ha muerto como del rayo Ramón Sijé,
con quien tanto quería.)

Yo quiero ser llorando el hortelano
de la tierra que ocupas y estercolas,
compañero del alma, tan temprano.

Alimentando lluvias, caracolas
y órganos mi dolor sin instrumento.
a las desalentadas amapolas

daré tu corazón por alimento.
Tanto dolor se agrupa en mi costado,
que por doler me duele hasta el aliento.

Un manotazo duro, un golpe helado,
un hachazo invisible y homicida,
un empujón brutal te ha derribado.

No hay extensión más grande que mi herida,
lloro mi desventura y sus conjuntos
y siento más tu muerte que mi vida.

Ando sobre rastrojos de difuntos,
y sin calor de nadie y sin consuelo
voy de mi corazón a mis asuntos.

Temprano levantó la muerte el vuelo,
temprano madrugó la madrugada,
temprano estás rodando por el suelo.

No perdono a la muerte enamorada,
no perdono a la vida desatenta,
no perdono a la tierra ni a la nada.

En mis manos levanto una tormenta
de piedras, rayos y hachas estridentes
sedienta de catástrofes y hambrienta.

Quiero escarbar la tierra con los dientes,
quiero apartar la tierra parte a parte
a dentelladas secas y calientes.

Quiero minar la tierra hasta encontrarte
y besarte la noble calavera
y desamordazarte y regresarte.

Volverás a mi huerto y a mi higuera:
por los altos andamios de las flores
pajareará tu alma colmenera

de angelicales ceras y labores.
Volverás al arrullo de las rejas
de los enamorados labradores.

Alegrarás la sombra de mis cejas,
y tu sangre se irán a cada lado
disputando tu novia y las abejas.

Tu corazón, ya terciopelo ajado,
llama a un campo de almendras espumosas
mi avariciosa voz de enamorado.

A las aladas almas de las rosas
del almendro de nata te requiero,
que tenemos que hablar de muchas cosas,
compañero del alma, compañero.


nota de prensa con la fatal noticia: ONDA CERO

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Era un auténtico maestro, una referencia en mi vida, estuve de viaje varias semanas y por desgracia me enteré de lo sucedido ayer, cuando sus compañeros lo recordaban con nostalgia. Nos queda su obra en forma de libros y de programas apasionantes. Y una pena grandísima con su recuerdo. Adios, maestro.

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