LA INNOMBRABLE MALA ECONOMIA

De las 1000 formas que nos ofrece el castellano, ahora tan amenazado según algunos, de llamar a las malas situaciones económicas por su nombre, el Presidente del Gobierno se ha empeñado en utilizar las otras 999 que no incluyen la de "crisis". ¿Es por convencimiento o por obstinación? Seguro que mas bien lo segundo. O quizá puede que haya una tercera opción, y esta sea la de no causarse daño electoral con la una expresión tan dramática y reutilizable por el adversario en un futuro debate.
En esto del mal uso de la crisis, desaceleración, bajón de espectativas, frenazo en crecimiento o como diantres quieran llamarlo, no hay sólo un culpable, sino todo un sistema.
Si bien es cierto que mi comida diaria no está en peligro, que mis vacaciones serán, mas o menos, como las de todos los años y que podré escolarizar a mis hijos con libros nuevos, no es menos cierto que a la larga, algo de esta "innombrable" situación económica acabará repercutiendo en el ciudadano medio, vamos, en el que compra y paga en el mercado todos los días.
El Gobierno no supera el plan de las 21 propuestas, y la Oposición que no construye y ve en esta debacle una puerta a la crispación y el pánico general. Las soluciones no llegan. Y eso no es lo malo, lo malo es que los dos grandes líderes políticos nos recuerdan casi a diario que esto durará, al menos, otro añito; lo hacen con la desfachatez del que presume de saber la mal hecho y no pone soluciones.
No tardará mucho el Presidente del Banco Europeo en darnos otra sorpresita con los intereses de referencia para hipotecas, y entonces veremos como el Gobierno ejerce de avestruz y esconde la cabeza y la oposición ejerce de matarife y busca rentabilidad política a la desgracia ciudadana.
¡"Con estos dirigentes prefiero declararme perdido, pedir que no me busquen y encontrar yo solito la salida"!

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
It could give you more facts.
Anónimo ha dicho que…
Well, all I can say is. Im hungry.

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